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El Dios que se inclina

 El Salmo 40 comienza con estas palabras: 

"Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí y oyó mi clamor. (40:1)

¡Él se inclina para oír nuestro clamor!

¿No es impresionante? 

¡Gracias, Señor, por inclinarte a escucharme! 

Luego continúa el versículo 4: 

"Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira."



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